domingo, 24 de febrero de 2013

Breve, breve historia del kimono. Parte 2.

La era Azuchi-Momoyama es una era de cambios. Hay cierto comercio con el exterior lo que trae cosas interesantes. El algodón cambia la vida de los japoneses más humildes en el periodo Edo, incrementando su calidad de vida.
Llegan nuevas influencias de China y de Occidente. Importaciones de seda china tanto tejida como sin tejer y lana para los más pudientes.

Pero no vamos a hablar de eso, llega una época emocionante nuevos materiales, nuevas técnicas y nuevos diseños para el kosode.
En esta época aparece el furisode como prenda infantil, pero viene para quedarse e influenciar de una manera importante al kimono. Sus mangas se irán alargando durante todo el periodo Edo hasta llegar al suelo.
 Como ya dije el obi aparece para atar el kosode, cada vez tendrá un papel más y más importante ganando tamaño llegando a ser más grande que los obis actuales. Aparecen nudos originales para las mujeres urbanas, habiendo gran variedad de ellos. Para atarlos aparecen el obiage y el obijime.

El diseño de la tela también va evolucionando con el kosode, se publican libros de estilo el cual va cambiando con el son de los tiempos. El kosode se va alargando gracias a la disponibilidad del suelo de tatami. Así si se puede presumir de tener pasta!


Pero claro esto tiene sus inconvenientes, al salir a la calle hay que recoger el kimono para no mancharlo. Aquí empieza nuestro querido ohashori.


En la era Meiji se introducen tintes sintéticos y empiezan la nuevas factorías de algodón y seda en las que trabajan las mujeres. Eso significa que las mujeres comienzan a tener un sueldo! Y claro dinero para gastar. Genial para la industria del kimono que llega a un volumen como nunca antes, con la aparición de los departo (alias centros comerciales) y las revistas para mujeres empieza la MODA. 


El ohashori se estiliza en la era Taisho y Showa, pero el kimono al margen de las modas sigue siendo más o menos igual. Lo divertido es como te lo pones!

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