miércoles, 26 de diciembre de 2012

Showa tardío 1970 - 1989.


A principios de 1970 las mujeres que trabajaban en cabarets y clubs establecieron tendencias con sus brillantes y glamurosos kimonos que aparecían en películas y en dramas televisivos. El año 1973 fue la cúspide para el kimono después de la cual la venta de kimono informal baja y el número de tejedores y tintoreros se reduce a la mitad al final de 1970. La gente común aún lleva kimono pero en las ocasiones especiales como ceremonias de entrada a la escuela, recepciones de boda, ceremonia del te, fiestas y para las fiestas de año nuevo.
El shibori aparecía en las paginas frontales de las revistas de kimono. La moda del shibori duró hasta que el mercado fue inundado con shibori koreano, el cual era la alternativa barata. En 1972 Okinawa se convierte en una isla japonesa otra vez, creando un interés en el bingata, una técnica que era exclusiva de la nobleza. Murayama oshima tsumugi se vuelve popular después de ser designado como artesanía japonesa en 1975.

Los kimonos de lujo para los días festivos se han vuelto más comunes, y por la otra parte, el kimono casual se vuelve raro. El subestimado lujo empieza a ser encontrado en el kimono ordinario en la forma de artesanías hechas a mano. Por ejemplo, hubo una moda de seda yamamayu (un tipo de seda salvaje) en el principio de 1970 y la alta sociedad llevaba Yuki tsumugi y Oshima tsumugi tejido a mano para mostrar su estatus.



El kimono era visible en ciertos días, aunque no bien recibido por todo el mundo. Hamabata, estudiando a la élite japonesa, recuerda la opinión de una señora adinerada que "...odiaba la llegada de esos días festivos, por que se veía forzada a observar kimonos de seda de mal gusto llevado por la gente común. Llevar kimonos de seda debería estar reservado solamente a las mujeres con buen gusto, para mujeres de posición..."
Las cifras de ventas muestran que la gente aún gastaban dinero en kimono. Los kimonos se han convertido en yoshiki (ropa para salir) y fueron promocionados como una inversión en las tradicionales y clasicas formas de vestir. Exhibiciones en hoteles caros muestran lujosos kimonos, dando un sentido de grandeza a los nuevos tipos de clientes. Yamaguchi, un tejedor de Kyoto, explica que, debido al mayor nivel de vida, la gente común podían entonces comprar un furisode a sus hijas y que podían pedir un obi más elaborado.

Los ejemplares de Utsukushii kimono de 1980 estaban llenos de anuncios y artículos educando al lector sobre los tipos diferentes de procesos de fabricación. La educación de kimono se convierte en una parte importante de la industria del kimono. Habían escuelas de kimono que ofrecían varios niveles de certificados hasta llegar a profesor y su proliferación es un testimonio de como el kimono era seriamente respetado. La silueta tubular "zundo" fue promocionada por escuelas, revistas y enseñada en los salones de belleza. Las normas hicieron del kimono una forma intimidante de vestir. La esposa de un jugador de beisbol apareció en público en el 1980 con su kimono derecha sobre izquierda (mal) y su error se convirtió en titular.

El periodista Trucco, defendiendo al artesano Kubota Ichiku, llamó al mundo del kimono una sociedad seria y conservadora por sus actitudes inflexibles. Llevar kimono estilosamente en el 1970 y 1980 implicaba saber como combinar telas de la manera correcta para la ocasión correcta y en la estación correcta. Llevar kimono correctamente, de acuerdo a los estándares de las escuelas de kitsuke, requería una cantidad enorme de conocimientos sobre los tipos de telas disponibles y de etiqueta implicada para juntarlo todo.


Los kimonos de seda eran descosidos para lavarlos y así el lavado creó un problema práctico en el 1980, tan pronto como el corte y confección japonés dejó de ser enseñado en las escuelas. El tiempo gastado en coser o en comprar ropa baja de 50 minutos en 1965 a 10 minutos en 1989 por que en 1970 la ropa confeccionada y las lavadoras están ampliamente disponibles. Con menos personas sabiendo como limpiar un kimono correctamente, la limpieza también se convierte en un gasto extra. Alquilar un kimono elimina el problema de la limpieza y el almacenaje del kimono. La industria del alquiler (particularmente de bodas pero también para el furisode de las ceremonias de mayoría de edad y el hakama de graduación) y de servicios de kitsuke se convierte (y permanece) una parte importante de la industria del kimono.


No hay comentarios:

Publicar un comentario